martes, 1 de mayo de 2012

¿Y ahora qué? Reflexiones del ayer, del hoy y del mañana


Hace mucho que no escribo por aquí, como sabréis todos los que habéis estudiado terapia ocupacional y especialmente los que estáis cursando el grado en la misma, como un servidor, el tiempo es ese espacio tan preciado que viene marcado por un reloj y por unas pautas de no sé que organismo europeo a modo de capacidades y habilidades que, aunque no sirvan para nada, hemos de cumplir para llegar a unos “estándares” de calidad. 

Enlazando de paso con la critica de los estándares de calidad, dar paso al porque de la entrada. En los últimos meses, desde las elecciones del pasado Noviembre en las cuales el partido popular entro a formar parte del gobierno se han venido sucediendo una serie actos en formas de leyes y reales decretos que menoscaban, a pelo, los derechos de una de las poblaciones mas sensibles con las que trabajamos, los enfermos mentales. 

Podemos ver en la televisión que han quitado ayudas a la dependencia, medicinas mas caras, subida de múltiples impuestos, etc… Y siempre, en el ámbito de la discapacidad, nos enseñan en la televisión al prototipo de “discapacitado” que tenemos en España, lo que yo llamaría (y siguiendo la corriente borbonista de estos últimos meses) un “marichalar”, es decir, una persona con Ictus, con una afectación mas o menos grave que es “capaz” dentro de unos “estándares de calidad” (me encanta como enlazo). 

Ahora bien… que pasa si una gran parte de la población discapacitada no cumpliera esos “estándares de calidad” y, debido a las reformas, se quedasen no fuera, sino mas alla de las afueras de las que ya encuentran. 

Toda esta reflexión ha venido a mi a partir de la lectura del capitulo “Actividades de la vida diaria en salud mental” de Pablo A. Cantero Garlito y Pedro Moruno Miralles, dentro del libro “Actividades de la vida diaria” (Masson, 2006) de Dulce Romero Ayuso y Pedro Moruno Miralles, en la cual los autores predecían con seis años de antelación lo que hoy día se nos esta viniendo encima. 

“Nuestra ocupación ha de pasar, de un modo ineludible, por un compromiso sociopolítico, que no partidista. En una sociedad que presenta como ideales la independencia o la autonomía, ¿que espacio podrán ocupar los enfermos mentales? Nuestro compromiso y nuestra coherencia deben hacernos denunciar la hipocresía, la injusticia social y las situaciones de miseria y de desigualdad. Nunca nuestro trabajo va a alcanzar las metas que perseguimos si no logramos que cambie el actual sistema económico. Como señala Fernández (1998): “los objetivos del movimiento que impulso la reforma, que se consolido teórica y políticamente en los años ochenta sobre las bases de unas ideas de comunidad, de Estado del bienestar y de salud publica, han sido arrasados por el neoliberalismo que se impulso en la escena política en los años ochenta” La nuevas políticas neoliberales están convirtiendo el campo de la salud en un mercado útil para las grandes multinacionales. Nos preguntamos que pasara en el futuro con la atención a los enfermos mentales y a sus familias. Es cierto que la atención a las personas con trastornos mentales podría, en poco tiempo, ofrecer unas posibilidades de calidad de vida prácticamente inimaginables hace menos de 20 años, pero esta empresa esta en riesgo de convertirse en una utopía. Que lo sea o no depende de una batalla puramente política, la misma en la que esta el porvenir de otras poblaciones que no están especialmente capacitadas para vivir compitiendo”

¿Qué os parece el fragmento?, ¿Qué os hace sentir en el momento actual?, ¿Qué sentido le dais a la vida de otros?, ¿Qué sentido le da un enfermo mental a su vida?, ¿que futuro nos espera?, ¿Somos politicos o somos pasivos?, ¿Somos culturales o somos artificiales?